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Escúchame, te invito a sentarte un momento junto a mí…
Ahora que no logro ver nada, no sé si tus ojos estarán empañados tras cristales, como lo están los míos, pero necesito que me describas que pasa a tu alrededor…
¿Cuántas cosas quedan intactas de las que ayer sin preocupación nos hicieron sonreír? ¿Se desdibuja en el cielo el corazón enamorado que te regalé y la ilusión que nunca dejé morir?
Ojalá que no logres ver lo que se encuentra tras estos ojos lastimosos vertiendo lágrimas y de mi voz vergonzosamente debilitada…
¿Qué te dibujan hoy las hojas? ¿Qué te dice hoy el viento? ¿Será que estás aquí? ¿En qué piensas?
Dulce es tu compañía incorpórea, que me hace sentir los deseos reales…

Guarda para ti la fragilidad de mis días, guarda lo inútil de estar bien y sonreír, lo inútil de entender todo lo que fuera de ti, signifique resto.
Déjame decir al fin de mi camino “aún me quedas tú”, y que entre todo lo que me aflige, entre todo lo que día a día pierdo, entre todo lo que día a día sufro, nada me importe, porque cuando aquí me quedes tú, todo lo que siento, todo lo que pienso, se me hará un poco más real.

One Response to “ ”

  1. Diego says:

    te dije que podrias publicar??
    tu palabras hacen pensar y lo que es aun mejor... ahcen sentir cosas que uno olvida,por casualidad o por que uno quiere olvidar

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