Anoche soñé contigo…
Tu silueta se dibujaba preciosa y perfecta frente a mis ojos, frente a mi cuerpo en ese mismo instante…
Sentí como te abrazaba, como te quería, como te amaba, sentí como te estrechaba entre mis brazos, por todo este tiempo en que tu compañía ha sido sólo incorpórea, compañía imaginaria, sentí como mis palabras te las regalaba sin repudio, sin dolor…
Y tú siempre, tan inmutable, que no me regalabas ningún sonido de tu boca, pero que al menos dejabas que mi cuerpo te mostrara todo lo que el corazón quería regalar…
Y es que te amo tanto, tanto…
Me parecías tan inmenso, mucho más bello de lo normal, te olía y eras exquisito...
Tu silueta se dibujaba preciosa y perfecta frente a mis ojos, frente a mi cuerpo en ese mismo instante…
Sentí como te abrazaba, como te quería, como te amaba, sentí como te estrechaba entre mis brazos, por todo este tiempo en que tu compañía ha sido sólo incorpórea, compañía imaginaria, sentí como mis palabras te las regalaba sin repudio, sin dolor…
Y tú siempre, tan inmutable, que no me regalabas ningún sonido de tu boca, pero que al menos dejabas que mi cuerpo te mostrara todo lo que el corazón quería regalar…
Y es que te amo tanto, tanto…
Me parecías tan inmenso, mucho más bello de lo normal, te olía y eras exquisito...
Y estaba dentro de la locura de pensar porqué los días comenzaron a cambiar, de los días que perdí, de estos días de amarte constantemente sin decirte nada, de estos días locos de callar y de cargar con tu recuerdo, con los deseos, con los sueños…
Más de una copia de estos sentimientos te guardo por si un día quieres venirlos a rescatar…
En el lecho de mi muerte reinará el olor a dulces rosas, dulces rosas que me regalaste infinitamente por amarte… reinará también la soledad de un cuerpo que dejó su alma por amar a otra y que nunca encontró su destino…
Pero recuerda el olor a rosas, sí, dulces rosas… Y toma ese olor, bébelo y gime por el dolor que me causaste, por la muerte que viví y por el paso que marca el corazón de esta afligida que canta, come, ríe, llora, escribe, respira y deja de respirar, sólo esperando tu cariño.-
Más de una copia de estos sentimientos te guardo por si un día quieres venirlos a rescatar…
En el lecho de mi muerte reinará el olor a dulces rosas, dulces rosas que me regalaste infinitamente por amarte… reinará también la soledad de un cuerpo que dejó su alma por amar a otra y que nunca encontró su destino…
Pero recuerda el olor a rosas, sí, dulces rosas… Y toma ese olor, bébelo y gime por el dolor que me causaste, por la muerte que viví y por el paso que marca el corazón de esta afligida que canta, come, ríe, llora, escribe, respira y deja de respirar, sólo esperando tu cariño.-
-
Sin mentirles... no recuerdo haber escrito esto :S pero estaba en mi escritorio & decidí subirlo, a ciegas, quizá ni siquiera sea dueña de esas palabras, en fin.
Muchas gracias por los comentarios :)
Publicar un comentario